Los días se han tornado fríos…y hoy en mi viejo carro me dirijo a la ciudad. Sabes he pasado a la orilla de la playa, y no he podido dejar de recordar los momentos felices del verano, en que tu y yo nos conocimos, a las orillas de ese mar.
Era un domingo plácido de marzo, desde la ciudad había ido a la playa para terminar algunos trabajos universitarios, buscaba la calma alejandome del bullicio y de las salidas a pasear con los compañeros de clase. Cargando mi vieja mochila y notas me senté sobre la arena cálida cuando has venido a hacerme compañía.
Recuerdo que también venías de paseo…con tu viejo perro a pasar unos días con la familia, me preguntaste de dónde venía y cuánto me quedaría…sería sólo una semana he dicho, estabas encantado de nuestra charla, y yo también! me encontré pidiéndote que me mostrarás el pueblo cercano, en el fondo quería seguir oyendo el timbre de tu voz.
Caminamos los días siguientes cada tarde hasta el pueblo, a tomar un café, a ver los escaparates de las tiendas atestadas de cachivaches pasados de moda, comer un helado, o solo caminar. A veces reiamos fuertemente y otras solo caminabamos, sentía el estómago lleno de mariposas…y había olvidado mi propósito de ocuparme de la tarea.
Se fueron volando los días en el viejo lugar…aquel domingo antes de volver has venido a decirme adiós, todos esos días en que nos contamos nuestras vidas, reimos con nuestros recuerdos infantiles y aún hicimos algunas intimas confidencias, nunca nos permitimos decir si sentiamos algo…no había razón, tu marcharías a tu empleo al acabar la semana y yo volvería a mi vida de ciudad.
Esa tarde de domingo caminando por la arena, tome tu mano para decirte, lo bien que había pasado el tiempo…y nuestros ojos se encontraron no había necesidad de decirnos nada, nuestros corazones sabían lo que significaba…y recuerdo el murmullo de las olas de la tarde, a lo lejos un barco silbaba y tu me besabas….
Senti aquel beso tierno con la misma emoción de mis besos primeros de adolescente, y mi corazón emocionado se sintió transportado a otra dimensión, respondí a un beso lleno de ternura con igual sentimiento, me apartaste el cabello y sonreiste…diciéndome “nunca olvidaré esta tarde de domingo” solo atiné a decirte…”tampoco yo, ni el beso frente al mar” sin saber si volvería a verte…un beso quizá de despedida…no lo pensé en ese momento…
Querido no lo he olvidado y han pasado 15 años, te escribo estas lineas para recordarte…que te extraño y que espero que vuelvas pronto a casa…
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